Hace unos días escuché, de refilón, la información suministrada por el Ministerio de Salud Pública, sobre la falta de psiquiatras que afecta a República Dominicana. La noticia pasó como por debajo de la puerta: subrepticiamente.
Total, la visita a un especialista en salud mental no es tema que genere likes, o discusiones que se hagan tendencia en redes sociales; a excepción de provocar el morbo. No obstante, ante la frecuencia de actos de violencia, suicidios y accidentes de tránsito, creo que esta es una situación a la que las autoridades del sector deberían prestar su atención.
A pesar de que en algunos asuntos (hasta cierto punto triviales, por cierto) actuamos como país rico, todavía estamos anclados en temas elementales de supervivencia: canasta familiar básica, medicina curativa, acceso a medicamentos esenciales, agua potable y saneamiento, entre un largo etcétera. Así que, el acceso a salud mental para todos parece estar a cien años luz en RD.
Pienso que es hora de que apostemos por el cuidado a la salud mental. Necesitamos más especialistas en psiquiatría, psicología y orientación, para la atención de una población, que en cualquier etapa de la vida, pudiera padecer altos niveles de estrés, depresión, ansiedad…, o problemas de conducta. Es importante, además, que los seguros médicos ofrezcan cobertura para estas afecciones. Después de todo, la mente es un órgano que, al igual que el corazón, el estómago, la vista o la piel, se enferma.
Por otro lado, como seres inteligentes es hora que dejemos atrás el tabú de creer que las enfermedades mentales sólo afectan a los débiles, y que acudir a la consulta psiquiátrica es motivo de vergüenza. Estamos en el momento justo, para reconocer el alto valor de esta especialidad de la medicina, y colocarla en un lugar preponderante en las políticas públicas para el sector.
Fuente: El Faro del Sur
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