Los viticultores de Francia han recurrido a una medida peculiar para salvar los cultivos amenazados por las bajas temperaturas, valiéndose de antorchas como fuente de calor para proteger los viñedos y huertos en varias regiones del país. Sin embargo, el alto coste de este método no permite salvar todas las uvas y parte de la cosecha resultó dañada.
Fuente: RT.com
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