La inspiradora historia de Hansel Emmanuel


POR GUILLERMO GARCÍA
Marca.com

El nombre de Hansel Emmanuel Donato hace tiempo que ha dejado de ser desconocido para los aficionados al baloncesto. De hecho, el joven dominicano de 17 años se ha convertido en uno de los últimos fenómenos virales del deporte de la canasta y cada partido se convierte en una fuente inagotable de vídeos y highlights con lo que es capaz de conseguir en una cancha con sólo un brazo, algo que parece impensable si hablamos de triunfar en un deporte como el baloncesto. Sin embargo Hansel no entiende de imposibles y ya ha conseguido llamar la atención de la NCAA antes de intentar afrontar su verdadero gran reto: llegar a la NBA.

La historia de Hansel es la de un niño cualquiera que disfruta jugando en la calle con sus amigos y que con seis años, como todos, aprovecha cualquier momento para hacer una travesura y retar al mismo miedo. En 99 ocasiones ese desafío sale cara, pero una de cada 100 veces la moneda cae del revés. Y eso es lo que le tocó vivir a ‘Kikimita’, como se le conoce en el mundo del baloncesto. Mientras su padre, ex jugador profesional en su país y su héroe tanto dentro como fuera de la cancha, estaba jugando un torneo callejero Hansel se encontraba en la calle jugando con unos amigos y se le ocurrió trepar un muro de bloques de cemento.

Aquella pared sería insalvable para Hansel. A punto de llegar a lo más alto, el joven Emmanuel empezó a notar como el muro se tambaleaba bajo sus manos. La pared se resquebrajó y terminó cediendo y tirando al niño al suelo, con la mala suerte que uno de los bloques cayó encima de su brazo izquierdo. A pesar de los intentos de su padre por ayudar a Kikimita, Hansel permaneció bajo la pared durante más de dos horas. Demasiado tiempo. Los tendones quedaron destrozados y ni los médicos pudieron salvar el brazo, que tuvo que ser amputado.

Hansel, que ya soñaba con el baloncesto y la NBA de su admirado LeBron James, vio como su mundo se derrumbaba en aquel momento. Preguntaba extrañado porque los otros niños sí tenían dos brazos y empezó a entender que la canasta tenía que pasar a un segundo plano. Lo importante era volver a aprender a caminar sin perder el equilibrio o a hacer tareas más cotidianas como comer o vestirse. «No quería hacer nada. No podía atarme los cordones, no podía tomar un vaso de agua», recordaba años después.

Una vez hubo controlado todas las actividades diarias era hora de volver a concentrarse en el baloncesto. Un deporte que nunca había olvidado y que seguía anclado en lo más profundo de su subconsciente. A pesar de las reticencias paternas («No quería que jugara por los golpes que podía recibir») Hansel empezó a practicar el bote y el lanzamiento con una sola mano hasta convertir el balón naranja en una extensión más de su cuerpo y demostrar que lo bueno de los sueños es que a veces se convierten en realidad.

EU en el horizonte

Criado en uno de los barrios más pobres de Santo Domingo pronto dejó atrás esas condiciones gracias a la fuerza de Internet. Kikimita se convirtió en un fenómeno en su país y sus vídeos comenzaron a correr como la pólvora en dirección a Estados Unidos, donde llamó la atención de Moises Michell, entrenador en la Life Christian Academy de la Florida. En 2020 el adolescente de 16 años y 1,93 se mudaba al país norteamericano, coronándose campeón del Central Florida Christian Academy State Championship con 26 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias del dominicano.

Ese fue el despegue de un cohete que no tiene visos de frenar. Sus números y, sobre todo, los vídeos con sus actuaciones han convertido a Emmanuel en un fenómeno global que apunta a la NBA como siguiente gran objetivo. De momento ya ha dado el primer paso para ello y ha conseguido una beca de la Universidad de Tennessee State para jugar en la División 1 de la NCAA.

Tres precedentes en la liga universitaria.

La llegada de Hansel Emmanuel a la NCAA ya tiene precedentes. De hecho, otros tres jugadores con un sólo brazo han probado suerte en la liga universitaria. El último fue Zach Hodskins, jugador de la Universidad de Florida que tomó el relevo de Grant Dykstra (perdió el brazo de niño y tras 16 operaciones logró triunfar en el baloncesto y promediar 17 puntos y 5,5 rebotes a la NCAAII) y de Kevin Laue (pívot de 2,10 m. que llegó a poner 20 tapones en un partido y que en 2009 se convirtió en el primer jugador manco en jugar en la NCAA) entre los jugadores que han superado la falta de su extremidad para triunfar en el baloncesto.

Fuente: El Faro del Sur

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